domingo, 7 de agosto de 2016

Destino MISIONES - ARGENTINA / Vivir la selva

Entrar en tierras misioneras es entrar a un universo pleno de vida y de color.
El verde adquiere nuevas dimensiones y tantos, pero tantos matices, que casi podemos decir que existe uno por cada especie vegetal.
Ya no solo las Cataratas del Iguazú se vuelven protagonistas, aunque siguen manteniendo su inalterable reinado.
Hoy la selva pasa al frente, propone e invita. Se vuelve motivo en sí misma para VIVIRLA A PLENO…. y como siempre… en familia!!!






Fotografías: Ma. Milagros Vigil / Andrés Peña


La selva en su laberinto.
Llegamos de noche a La Cantera Jungle Lodge, guiados por un GPS que no paraba de darnos instrucciones.
“¿Dónde estamos yendo?”, nos preguntaba Lorenzo, nuestro hijo mayor, temeroso de andar perdido en medio de la selva, apenas unos kilómetros antes de llegar a Puerto Iguazú, en la provincia de Misiones.
Hasta que antorchas en el piso y un cartel amigable nos dieron la bienvenida.
Si bien en la húmeda oscuridad podíamos intuir el entorno del que sería nuestro alojamiento, la sorpresa y admiración nos invadieron cuando abrimos la ventana por la mañana y solo vimos un entramado selvático cubriéndolo todo. “Acá vive Tarzán, mamá!”, fue la frase del más chiquito que supo sintetizar el panorama.
La Cantera Lodge fue construido preservando el medio ambiente y cuidando que el impacto ambiental sea el menor posible. En el desayuno nos enteramos que en las 3 hectáreas del predio existen árboles de más de 400 años de antigüedad (Caña Fístola) y otros que están protegidos por hallarse en vías de extinción, como el Palo Rosa.
Mientras degustábamos las delicias caseras tan propias de la región como el chipá calentito o los dulces de guayaba con pan recién horneado, armamos un itinerario de actividades para disfrutar la selva y conocer sus secretos.
Por supuesto que desde allí se pueden organizar visitas al Parque Nacional Iguazú y a las innumerables atracciones cercanas a Puerto Iguazú… Justamente uno de los principales atractivos de La Cantera es su cercanía a uno de los más importantes centros turísticos del país, pero en un sano ambiente de naturaleza y relax que también permite disfrutar al máximo la región ambiental selvática.
Recorrer las pasarelas que separan las 50 suites del comedor principal y la administración, ya es una aventura en sí misma. Las especies vegetales más representativas de la región se encuentran presentes allí, al alcance de nuestros ojos. Para conocerlas mejor, realizamos una caminata al Fortín Mbororé, una comunidad de los M´BYA GUARANIES, que nos abre sus puertas para revelarnos los secretos de la selva, su medicina natural, su cultura ancestral, cantos, danzas, artesanías y creencias. Poco a poco vamos descubriendo lo importante que es la selva en su filosofía de vida. Ellos SON en la selva, CON y POR ella. El "Espíritu de los Arboles" se hace presente y podemos sentir, comprender y hasta sentirnos culpables por nuestro maltrato al planeta.
La tarde va cayendo tras los árboles y los aromas de la cocina se hacen sentir mientras regresamos de nuestra caminata.
Una amplia carta con sabores misioneros nos espera en el comedor: degustación de platos de pescados, pastas y carnes se presentan exquisitos en nuestra mesa, coronados por los postres más tradicionales: dulce de mamón y mouse de maracuyá. Nuestro día culmina en una de las suites diseñadas con una alegre y colorida ambientación, en medio de un escenario ideal para descubrir una forma diferente de viajar y descansar.


+INFO
La Cantera Jungle Lodge
Ruta 12 km 5
Puerto Iguazu, Misiones
info@hotellacantera.com / www.hotellacanteraiguazu.com


Puerto Verde.
Dejamos atrás las cataratas, pero no la selva, y nos dirigimos por la Ruta Nac. Nº 12 hacia Puerto Libertad, una pequeña población recostada sobre el Río Guatambú.
Nuestro destino: el Don Puerto Bemberg Lodge, un hotel boutique de selva que atrajo toda nuestra atención cuando buscábamos alojamientos alternativos en Misiones.
Ubicado estratégicamente en el corazón de la selva misionera, con una viste increíble de las barrancas del río Paraná y de tierras paraguayas, el Hotel fue construido a partir de una antigua posada de la tradicional Familia Bemberg, en medio de una impresionante reserva natural privada.
Apenas llegando, el amarillo/naranja de la construcción toma protagonismo, contrastando con el eterno verde que todo lo cubre, que todo lo tiñe. Amablemente, el personal del lugar sale a recibirnos con una cálida sonrisa, que, después comprobaríamos, no es meramente decorativa o para la ocasión: es imposible no sonreír en ese entorno soñado.
El jugo de maracuyá que nos ofrecen como trago de bienvenida surte efecto desde el primer instante, y ya estamos enamorados de Puerto Bemberg cuando subimos a nuestra habitación.
Allí todo parece puesto caprichosamente en su lugar; y el sillón de lectura pegado al ventanal me arranca un suspiro cuando pienso en los próximos días de puro relax que nos esperan en la selva.
Llueve apenas, como llueve casi siempre por allí (La humedad media relativa varía del 75% al 100%), y por eso brilla cada hoja y cada tallo a nuestro alrededor.
Marcos, el guía y Germán, el guardaparque, se presentan amistosamente mientras comienzan a develarnos los secretos de esta aventura que inició la familia Bemberg.
En 1872, el transporte fluvial comenzó a llegar por el río Paraná hasta Puerto Iguazú, y las plantaciones de yerbales silvestres del norte misionero comenzaron a tener una salida comercial. El recurso natural fue agotado, y en 1923, Pablo Allain —quien ya había tenido una experiencia al respecto en Puerto Mineral— consigue que el grupo Bemberg (Otto y Federico Bemberg, ambos de nacionalidad francesa) aporte capital para el establecimiento de una gran colonia productora de yerba mate, y desarrolla 1.000 hectáreas de plantaciones.
Al poco tiempo comienza un incipiente desarrollo, convirtiéndose Puerto Bemberg en el primer pueblo de colonos con agua corriente y luz eléctrica de la Provincia de Misiones. Para el año 1927, ya contaba con su primera escuela, "Gregoria Matorras de San Martín" y un año más tarde con la primera estafeta postal.
El relato se interrumpe de pronto, porque un ejemplar de arasarí chico (Selenidera maculirostris) aparece de pronto para alimentarse de los frutos de mamón que cuelgan de una rama cercana. Esta es una de las 5 especies de tucanes que habitan la región y todos quedamos estupefactos ante su belleza y atrevimiento.
Comenzamos entonces una corta caminata por el lugar. Siempre acompañados por Marcos y sus historias, recorremos los senderos de la Reserva Puerto Bemberg (380 hectáreas de un exquisito parque ambientado con especies autóctonas), avistando todo tipo de aves como trogones, bailarines, yacutoros, pavas de monte y diferentes clases de tucanes; y animales silvestres. El reconocimiento de sonidos y rastros forma parte del avistaje: al afinar los sentidos se puede interpretar con mayor intensidad el ámbito de cada animal y facilitar su encuentro.
Exuberante y muy caprichosa, descubrimos también la vegetación selvática, compuesta por grandes árboles, lianas, enredaderas, orquídeas y bromelias que luchan por ganar un lugar.
Para sorpresa de todos, llegamos hasta el salto Guatambú, una cascada de agua que forma un piletón natural, ideal para relajarse y disfrutar del entorno natural de la selva.
Párrafo especial merecen las mariposas: hay cientos, de todos colores, revoloteando cada rincón misionero. Los chicos corren alegres bajo sus alas, como de fantasía; y todos recordamos que la creación es en sí misma una maravilla que no podemos dejar de cuidar.
Volviendo hacia la posada, nos desviamos de los senderos naturales para conocer un poco más el predio y descubrimos, arrodillada junto a la barranca del ancho Paraná, una de las capillas más pintorescas que puedan existir… Pequeña y escondida tras la vegetación, constituye un símbolo del espíritu de desarrollo social de la familia. Fue construida en los años ’30 siguiendo los planos de Don Alejandro Bustillo, y  sus vitreaux franceses y bella arquitectura la proveen de un alto valor histórico.
El cansancio nos va acercando al comedor principal, donde el fuego ya arde en el hogar y Germán prepara una merienda “como las de antes”: primero quema la hoja de yerba mate, y luego mete en la pava algunas brazas, azúcar, y la yerba triturada antes de verter el agua caliente. El mate se sirve en las tazas colado… y tiene un sabor inigualable!!! Lo complementamos con chipá, sconnes  y “mbeyú" (torta frita de almidón de mandioca), y lo condimentamos con anécdotas del día.
La cena se sirve puntual y nos permite degustar sabores nuevos, mientras un huésped virtuoso nos regala clásicas melodías en el piano de cola que copa la sala.
Anochece en Puerto Bemberg y el momento se acerca a la perfección.


Navegación:
Una de las actividades que más disfrutamos en Puerto Bemberg fue la navegación por el Río Paraná. Comandados por Aníbal, el capitán del semirígido, recorrimos sus playas y sus costas, tanto argentinas como paraguayas, hasta llegar a uno de los 15 saltos que se vuelcan en el Paraná: el Salto Yasy.
Escondido al final de una vuelta caprichosa del río, descubrimos esta bella cascada de unos 20 metros de altura. Y allí nos quedamos contemplando su belleza natural, sintiendo la fuerza de sus aguas al caer, dejándonos mojar por el vapor, buscando un mono travieso que jugaba a la escondida con nosotros en los árboles cercanos.
Epigrafe:
Familiares directos de los fundadores decidieron rescatar su historia y costumbres asumiendo el desafío de poner en valor el viejo espíritu del apellido a través de la nueva industria sin chimeneas: el turismo. La abuela Rosa Bemberg, casada con Hubert de Ganay, era la única hermana mujer de Otto y Federico Bemberg, los pioneros que desarrollaron Puerto Libertad, primitivamente nominado Puerto Bemberg.


+INFO:
La Posada Puerto Bemberg se encuentra ubicada en el Km 1.598 de la Ruta Nac. Nº 12 y el km 1.898 del Río Paraná margen izquierda.
225 ha pertenecen a la Reserva; 45 al hotel; 65 a la recuperación de la selva y 45 al casco. Se puede llegar por barco, por auto o por avión. El aeropuerto más cercano es el Internacional Cataratas. Las obras de remodelación de la Posada finalizaron en noviembre de 2008 y la inauguración oficial fue el 1 de abril de 2009. La Hostería se abrió por primera vez en 1940 y perteneció al Grupo Bemberg, pero desde 2003 vuelve a estar manejado por la familia y atendida por sus propios dueños.




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